
Como las 11 nos parecía una hora un poco pronta para ir al Zocotroco, decidimos ir a una cachimberia, con tan mala suerte que la que hay en Tribu cerraba a las 11.30, vamos que no nos daba tiempo. Así que, sin grandes planes, decidimos probar suerte en el Alquimista, y la tuvimos. Estaba casi vacío y pillamos mesa. Nos bebimos dos macetas entre los ocho que éramos, bueno, siete porque Tamara no bebió. Como no nos seducía la idea de beber sin más, jugamos a un juego que se basaba en responder preguntas del trivial, si acertabas bebía el otro equipo y si fallabas el tuyo.
Cuando salimos de ahí íbamos un poco tocados, y nos dirigimos al Zocotroco. Lo que pasa, que nos salimos un momento para fumar (yo sólo acompañaba) y perdimos a la mitad del grupo, y no sabemos qué hicieron después. Una vez que nos echaron del Zocotroco, porque cerraban, nos fuimos al Dolce, aunque en ese estuvimos media horita porque llegamos a las 2.30 y cerraban a las tres. Se agradeció del Dolce el sofá en el que estuvimos sentados, comodísimo. Cuando salimos de allí nos fuimos para casa, eso sí, con el grupo bastante reducido entre los que se habían ido ya a casa y los que se habían perdido.
Bueno, en resumen, para ser una noche sin grandes planes, no estuvo nada mal, y es que ya lo dice la frase "nunca nada puede salir mal"
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