Últimamente nos da por celebrar cuando acabamos cualquier cosa, vale que estamos en un año en que todo lo que acabamos merece celebración pero, como todas las cosas, también estas celebraciones tienen su cara amarga: es el fin de una época, el fin del instituto. Pero dejando atrás todo esto, el jueves 15 salimos para celebrar que habíamos acabado los exámenes, aunque ya habíamos empezado a celebrarlo en el campus de la universidad. Después de una hora de reloj discutiendo sobre dónde íbamos y demás pormenores, nos pusimos de camino a sol, a una tetería. El único problema fue que el local era muy pequeño y estaba lleno, así que no pudimos entrar. Después fuimos a otra tetería que nosotros conocíamos (la del zulo) y estuvimos allí un buen rato. Cuando nos cansamos de tanto fume, intentamos entrar en algún bar, ofertas no nos faltaron. Entramos como en cuatro o cinco bares en los que nos invitaban a un chupito y acto seguido nos íbamos. Al final, y después de pasar por muchos bares, nos decantamos por un pub irlandés que conocía Marta García, y nos quedamos allí hasta las cinco, hora a la que nos echaron. Bailamos mucho, y también bebimos, sobre todo mojitos, la bebida estrella de ese día. Cuando abrieron el metro, unos nos fuimos a casa y otros se fueron a hacer tiempo para ir a desayunar al vips y después ir a saludar al tuto. Con tan mala suerte que después de haber saludado a la mayoría de los profesores, Iker les dijo que apestaban a alcohol. Debían oler tanto que hasta lo olió la de mates, envuelta siempre en su aureola de olor de tabaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario