Aunque ya es un poquito tarde, lo escribo, no vaya a ser que alguien lea los artículos viejos.
No hay un buen final de instituto que se precie sin su correspondiente baile de gim-jazz (o por lo menos para mi), da igual en las condiciones que sea. Este año mejoramos un poco en cuanto al año pasado, pero no mucho, no os vayáis a creer, la única ventaja de este año, que estábamos en un escenario, la pega: era reducidísimo.
Otra de las características de este acto es que no es el público el que espera, sino las bailarinas, y es que la mayoría de la gente llegó tarde y tuvimos que llamarlos al móvil para que se dieran prisa porque nos estaban dando la murga con que tenían que cerrar o no sé que. Así que, como íbamos cortos de tiempo, no nos dejaron quitarnos las medias del primer baile, y yo hice todos con medias azules.
Después de algún que otro problemilla técnico, y con la cantinela de Rober "Daros prisa, chicas, que tienen que cerrar, y me ha dicho el tio del sonido, que el a las ocho se va", comenzó la actuación. Bailamos tres bailes, con algunas dificultades que tuvimos que solventar en el momento como la falta de espacio encima del escenario. Pero bueno, el resultado no fue tan catastrófico. El baile que más gustó, el último, en el que íbamos con tridentes e intentabamos hacer un pincho moruno con Lucía.
No hay un buen final de instituto que se precie sin su correspondiente baile de gim-jazz (o por lo menos para mi), da igual en las condiciones que sea. Este año mejoramos un poco en cuanto al año pasado, pero no mucho, no os vayáis a creer, la única ventaja de este año, que estábamos en un escenario, la pega: era reducidísimo.
Otra de las características de este acto es que no es el público el que espera, sino las bailarinas, y es que la mayoría de la gente llegó tarde y tuvimos que llamarlos al móvil para que se dieran prisa porque nos estaban dando la murga con que tenían que cerrar o no sé que. Así que, como íbamos cortos de tiempo, no nos dejaron quitarnos las medias del primer baile, y yo hice todos con medias azules.
Después de algún que otro problemilla técnico, y con la cantinela de Rober "Daros prisa, chicas, que tienen que cerrar, y me ha dicho el tio del sonido, que el a las ocho se va", comenzó la actuación. Bailamos tres bailes, con algunas dificultades que tuvimos que solventar en el momento como la falta de espacio encima del escenario. Pero bueno, el resultado no fue tan catastrófico. El baile que más gustó, el último, en el que íbamos con tridentes e intentabamos hacer un pincho moruno con Lucía.
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