martes, octubre 09, 2007

Cumpleaños de Tamara: la celebración

Habíamos quedado a las nueve y media todos en Colombia, para “estar un rato por el barrio” y después salir. Como ya es costumbre la gente llegó tarde, a eso de las diez y media nos fuimos de Colombia y no habían llegado todos, pero ya estábamos cansados de esperar. Cuando llegamos a la china de Maca, ya eran las diez muy pasadas y la china se puso nerviosa a ver a tanta gente allí, hasta que al final cerró el chino, y Maca, Álex y sus amigos, Andrea y yo nos quedamos sin bebida, pero al final, tras mucho andar encontramos un chino caritativo.

Cuando llegamos al antifa, ahora el cupi (por el dibujo del cupido), parque oficial de las celebraciones, ya estaban ocupados los bancos triples, así que todos nosotros nos tuvimos que poner fuera, en el pasillo de entrada. Lo que sí está claro es que Tamara tiene o muchos amigos o una gran capacidad de convocatoria, éramos miles: Maca, Esther (con Borja y un amigo), Alba, Marta García (con Ankel), Cristina, Leo, Juanjo, Guiler (con un amigo), Jesús, Paco, Asier-que hasta saludó- Alex, Germán, Guisen, Javi (Orueta y el de Tamara), Jaime, Giorgio, y los amigos de Javi el de Tamara (Álex, Ernesto, Mateo y algunos más). Marta del Palacio se pasó un minuto a saludar, porque tenía fiesta de integración con los de la Uni.

El rato del parque estuvo bastante tranquilo, con gente hablando, bebiendo, y algunos fumando, vamos, lo normal. El momento más memorable de la noche fue cuando encendimos velas y le cantamos el cumpleaños feliz, plan que ideó Cris en venganza de la vergüenza que le hicimos pasar en su cumple. Después le dimos los regalos, unas converse de parte de casi todos (que le hicieron muchísima ilusión), un burrito de peluche, y un tanga de snoopy.

A eso de las dos, poco después de que llegara Andrea, decidimos que nos íbamos a Argüelles, bueno, en realidad lo decidió Tamara, porque a mi concretamente no me apetecía para nada irme tan lejos, pero al final lograron convencerme, eso sí fueron necesarias tres personas.

A Argüelles llegamos a eso de las tres, después de casi una hora en buses varios, menos mal que nos guiaba Álex, porque si no nos hubiéramos pegado una perdida…

Estuvimos en el Duende, donde nos pusieron tres veces una canción, y dos veces otra (hubo un intento de una tercera pero el dj se dio cuenta a tiempo). Estuvimos jugando al futbolin, y aunque yo dije que era muy mala, no me hicieron caso, y luego claro, pasó lo que pasó: perdimos, y me echaron la bronca, no entiendo por qué, porque como dice el dicho: “el que avisa no es traidor”

Hasta Carlos, el de Marta, vino a hacernos una visitilla, porque se había encontrado con Esther en el dos con cincuenta. Cuando nos echaron del Duende, nos fuimos hacía el Gres (ya sé que suena a cerámica) y allí hasta que nos volvieron a echar. Cuando se acabó la música, la gente seguía con ganas de fiesta y un grupito empezó a cantar la canción de Bola de Dragón, y después se unió el resto del bar. Es un detalle bastante anecdótico, la verdad.

De ahí ya para casita, que ya era tarde, las cinco y picos. Después de coger cuatro buses yo llegué a la mía, y lo mejor de todo es que lo máximo que esperé fueron diez minutos al L8.

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