Calipaquito

Juancho y Tamara decidieron que nos iban a llevar a conocer toda una institución, el calipaquito. Cómo se llama en verdad el bar no sabría decirte, pero su bebida estrella es el calipaquito y, tengo que reconocerlo, está muy buena. Aún a riesgo de salir volando por el puto tiempo que hacía quedamos a las 9 en la parada del 40 para ir hasta Gran Vía. Andrea y yo llegamos un pelín tarde, porque pasamos por el chino un moment, algo que Irene debería de haber hecho también, porque su obsesión mientras volvíamos a casa fue “claro, es que como no había cenado...” Tamara al final no pudo ir, así que el único guía que nos quedaba era Juan. Y al poco tiempo descubrimos que no tenía ni puta idea. Después de dar unas cuantas vueltas por el centro y de intentar llamar a Álvaro y Jesús fuimos tremendamente felices al encontrar una gamba gigante. Que según Irene es una cigala. Tecnicismos aparte, habíamos llegado al calipaquito. Nos pedimos 3 minis, y al final Juan acabó bebiéndose uno él solito, y luego nos ayudó con otro más. Viéndolo así no es raro que se pillara el pedo que se pilló. La frase que más veces oímos esa noche fue “yo paso las vacaciones con mi mejor amigo de Segovia, Jesús Tobar Orcajo” que era el principio de una historia complicadísima que ninguna llegó a entender muy bien, pero que nos hizo reír mucho. O igual es que nosotras también íbamos pedo. Un momento estelar fue cuando Irene me tiró casi medio mini en los pantalones, o cuando se pusieron a jugar al futbolín y Juan se empezó a meter goles en propia. Al cabo de un rato, salimos y nos hicimos una foto con la gamba esa. Me parece que llovía un poco, pero llegados a esas alturas no importaba mucho. Nos llevamos el último mini que se habían pedido, el calihippie, que estaba malísimo y nos fuimos al macdonals a comer algo. Ahí fue cuando Juan empezó a cantar la de “ When I think about you baby, you can make me fly, tonight” Al cabo de un rato Andrea, Irene, Maka y yo le hacíamos los coros. Nos fuimos a buscar a éstos (Álvaro, Asier, Jesús, Juan..) porque Juan quería saludarles. Al final les encontramos, se iban ellos también al calipaquito. De chicas solo estaban Marta García, que se había hecho un tatuaje y la espalda de Lucía. Bueno, supongo que el resto de lucía también estaría, pero me temo que la habíamos vuelto a ofender de alguna forma (vete tu a saber cual) así que nosotras no lo vimos. Cuando Juan se había despedido de todos unas 3 veces cogimos el metro y nos fuimos a llevarle a casa, previo vómito en el metro. Andrea y Maka le subieron hasta la puerta, explicándole que se tenía que lavar las manos muy bien para quitarse las lentillas, que era un tema que tenía muy preocupada a Andrea. Al final acabamos con Lipi en un portal, mientras Irene vomitaba y cuando ya no pudo más nos fuimos a casita, por mucho que Maka me insistía en que todavía era muy pronto. Fíjate si Irene iba mal, que ni siquiera nos hicimos unos espaguetis al llegar a casa, y eso es mucho decir.