
La receta: ron del malo, limón de treinta y cinco céntimos la botella, limonada, sprite, limones, mucha mucha azúcar y algo de hierbabuena (robada, por supuesto), el resultado unos mojitos increibles... eso si, demasiada cantidad.
En casa de marta éramos un huevo (pobre ella que habrá tenido que limpiar millones de ollas, platos y vasos) pero no la liamos mucho, estuvimos cenando, espaguetis -que hicieron para una boda, un bautizo, un funeral y la comunión de la niña- y pizza (habia dos echas pero la del dedito no triunfo nada). La pega fue que no jugamos al trivial, pero es que había que sacarlo de un armario que estaba dificil de abrir.
Beber, bebimos mucho, el primer perolo se acabó entero, y eso que había siete u ocho litros por lo menos, y del segundo nos llevamos dos botellas de dos litros porque no nos daba tiempo a bebernoslo antes de que cerraran el metro.
Cuando salimos de casa de marta, con todo el espíritu de ir a tribu, nos encontramos con unos carritos en el alcapo, y ¿qué hicimos? pues cojerlos claro está, mientras unos iban dentro del carrito, otro conducia, la cosa iba bien hasta el cruce de la Plaza del Peru, que el carrito conducido por Juanjo, en el que iban cris y andrea, llevaba mucha velocidad y al chocar contra el bordillo no pudo subirlo, el caso es que salieron las dos despedidas, cristina hasta voló. Al final, otra vez al hospital porque se había hecho daño en la mano. Se la escayolaron (todo el brazo) pero no estaba roto, como claramente vimos en las radiografias.
Después de eso, la mayoría volvió a casa, pero Maca Tamara y yo nos fuimos a tribu, y después de una entrada fugaz en el sanmateo que nos salimos en dos segundos, nos fuimos al piu, hasta que cerraron o asi. Luego estuvimos un rato con jesús cebader y juanma que probaron nuestros super mojitos y a casita, que ya iba siendo hora.